Los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Àrabe expresaron ayer su apoyo a la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia y reconocieron al mando rebelde libio como interlocutor, en una reunión extraordinaria celebrada en El Cairo.
El secretario general de la organización panárabe, Amro Musa, anunció la decisión de pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que imponga la exclusión aérea en Libia «como una medida preventiva y no militar». Musa aseguró que comenzarán los contactos con el máximo órgano de representación rebelde y subrayó que «el trato con el Consejo Nacional de Transición es un reconocimiento práctico del mismo».
«La colaboración con el mando rebelde es para facilitar la protección y la ayuda humanitaria al pueblo libio dentro del marco que estipula la legalidad internacional», señaló.
El comunicado final de la reunión pide al Consejo de Seguridad que «asuma su responsabilidad ante el deterioro de la situación en Libia y adopte las medidas suficientes para imponer inmediatamente una zona de exclusión a la aviación libia».
También solicita «establecer zonas seguras en los lugares expuestos al bombardeo como medida preventiva que permita disponer de protección al pueblo libio y a los residentes extranjeros».
Asimismo, señala que se otorgará a los civiles «la protección necesaria frente a los graves crímenes y violaciones que sufren por parte de las autoridades libias, que pierden legitimidad».
El pronunciamiento árabe sobre las medidas contra el régimen libio era muy esperado por la comunidad internacional, en especial la UE, que considera importante contar con su aval para evitar que una operación militar sea considerada un intervencionismo occidental.