El jefe de ayuda humanitaria de Naciones Unidas instó ayer a las autoridades sudanesas que permitan a sus trabajadores ingresar a un campamento de refugiados de Darfur. Las agencias de ayuda no han podido entrar al Campamento Kalma para personas desplazadas (IDPs) en la occidental región sudanesa de Darfur desde el 2 de agosto debido a una disputa entre Jartum y las fuerzas de paz internacionales.
«Estoy extremadamente preocupado sobre el bienestar de los IDPs en el Campamento Kalma, a las que no hemos podido entregar ayuda durante 13 días», dijo el jefe de asistencia humanitaria de la ONU, John Holmes, en un comunicado. «La entrega de alimentos y combustible para las bombas de agua, por ejemplo, no han sido posibles», declaró. «La situación sanitaria también es una enorme preocupación, ya que estamos en medio de la temporada de lluvias. Muchos miles de IDPs de Kalma no han sido hallados», agregó.
La razón de la disputa es que Jartum exige que las fuerzas de paz de la ONU y la Unión Africana en Darfur (UNAMID) entreguen a seis residentes de Darfur acusados por el Gobierno de instigar a enfrentamientos a fines de julio en el Campamento Kalma, del sur de Darfur, en los que murieron al menos cinco personas. UNAMID se ha negado a hacerlo sin ver evidencia de sus crímenes y garantías de que tendrán un juicio justo.
Oleada de violaciones
«Si no se nos restaura el acceso de manera urgente, la situación podría empeorar rápidamente», dijo Holmes. Kalma era hogar de unos 100.000 residentes de Darfur que huyeron de sus casas durante oleadas de violaciones, asesinatos y saqueos de parte de la milicia en el remoto oeste de Sudán. El Gobierno sudanés no ha tenido presencia en Kalma, el campamento más inestable de Darfur, durante años debido a la hostilidad de sus residentes.
Muchos residentes han huido de Kalma debido a la violencia reciente, pero Naciones Unidas estima que más de 82.000 refugiados permanecen en el campamento. Naciones Unidas dice que hasta 300.000 personas han muerto en Darfur desde el 2003.