El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que España asume con su «mejor entusiasmo» la tarea de sacar a Europa de la crisis y sentar las bases de una economía más innovadora y sostenible, los principales retos que tendrá el mandato semestral de la UE que comienzó ayer.
En un mensaje institucional para saludar el estreno de la presidencia, Zapatero pidió a los ciudadanos que se involucren en el proyecto europeo porque así estarán también «defendiendo los intereses generales de España y de los españoles».
Además de la salida de la crisis, las prioridades que se ha fijado el Gobierno durante su mandato europeo pasan por la aplicación del Tratado de Lisboa, el reforzamiento de la influencia de la UE en el mundo y la consolidación de los derechos sociales.
Seguridad
A estos objetivos se une el de la seguridad, después de que la presidencia española haya arrancado en medio de la amenaza de Al Qaeda, reflejada, entre otras acciones, en el reciente intento de atentado en un avión en Estados Unidos y la continuidad del secuestro de los tres cooperantes catalanes en Mauritania.
España toma las riendas de la UE por cuarta vez desde su adhesión en 1986 en un contexto de incertidumbre económica y con la responsabilidad de coordinar la estrategia económica de Europa para la próxima década.
Según Zapatero, España «afronta este período con su mejor entusiasmo, con su mayor vocación europeísta, para defender ante todo los intereses generales de Europa, porque sabemos que así estaremos defendiendo los intereses generales de España y de todos los españoles».
El jefe del Gobierno pidió el apoyo de los trabajadores y los empresarios para construir «una economía cada vez más productiva, más innovadora y más sostenible», compatible con el «gran símbolo que en Europa representa el estado del bienestar y las políticas sociales».
En su mensaje en internet, Zapatero ha subrayado la oportunidad que se presenta en los próximos seis meses de «convertir a España en un factor cada vez de más fuerza en el contexto internacional».
«Una Europa que defienda, que extienda los valores de la paz, de la cooperación, del diálogo entre los pueblos y naciones», manifestó.
La presidencia española coincide con la puesta en marcha del Tratado de Lisboa y de los dos nuevos cargos que crea: el presidente estable del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, y la alta representante para la Política Exterior, la británica Catherine Asthon.
La presidencia española de la UE cuenta con un presupuesto inicial de unos 90 millones de euros, lo que se traduciría en que cada español destinará dos euros a sufragar los gastos de organización y de seguridad de los actos que se celebren durante el semestre. La principal partida corresponde al Ministerio de la Presidencia, que cuenta con 55 millones para el coste de la logística y la organización de los más de 350 actos previstos.