El Consejo de Seguridad de la ONU concluyó sus deliberaciones de ayer sobre la situación de crisis creada por Corea del Norte al lanzar un cohete de largo alcance sin lograr el consenso ni tomar decisión alguna sobre qué acción tomará contra Pyongyang.
El presidente de turno del Consejo, el embajador de México ante la ONU, Claude Heller, indicó que tras la reunión las consultas entre los países «seguirán y el Consejo se volverá a reunir en el momento adecuado».
Pese a que la mayoría estuvo de acuerdo en considerar el lanzamiento de un cohete de largo alcance por Corea del Norte como una amenaza a la estabilidad regional, los países no lograron una voz única a la hora de dar una respuesta a esa acción.
El Gobierno de Pyongyang lanzó en la madrugada del domingo un cohete de largo alcance, que sobrevoló Japón sin causar daños y que se habría precipitado al mar, según fuentes militares japonesas y estadounidenses.
«Estados Unidos ha expresado que ese lanzamiento es una violación de la resolución 1.718 y que esa acción requiere de una respuesta firme del Consejo de Seguridad», afirmó al término de la reunión la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice.
Rice subrayó que «el hecho de que se haya producido el lanzamiento usando tecnología de misiles balísticos es ya una violación porque está expresamente prohibido».
«El Consejo ya ha adoptado resoluciones pidiendo a Corea del Norte que pare sus programas nucleares y de misiles balísticos, y la resolución 1.718 es muy clara en ese sentido», afirmó el embajador de Japón, Yukio Takasu, cuyo país pidió esta reunión por considerar que la acción norcoreana constituye «una amenaza directa» a su territorio.
Japón, subrayó Takasu, cree que «del Consejo debe de salir una respuesta clara y unificada, y que la mejor forma sería una resolución», algo en lo que también coincide Estados Unidos.
Pekín, que es el principal aliado del regimen comunista y dictatorial de Pyongyang, no es favorable a imponer o reforzar las sanciones contra su vecino asiático.