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Un alto cargo de Bush admite por primera vez torturas en Guantánamo

Una ex juez encargada del envío de prisioneros denuncia los abusos cometidos contra un saudí

| WASHINGTON |

Un secreto a voces, las torturas en Guántanamo, tiene por fin su primera confirmación oficial. Una alto cargo de la Administración Bush, la ex juez Susan J. Crawford, que se encargaba de decidir qué prisioneros eran trasladados a Guantánamo, confirmó que los militares estadounidenses torturaron a un preso saudí, sospechoso de haber intentado participar en el 11-S.

En concreto, explicó que le aislaron, le privaron de sueño, le desnudaron y le expusieron prolongadamente al frío. Crawford es el primer alto cargo de la Administración Bush que realiza investigaciones y denuncia los hechos ocurridos. En el pasado, el presidente George W. Bush y el ex vicepresidente Dick Cheney sostuvieron que en Guantánamo no se practicaban torturas.

«Nosotros torturamos a Mohammed al-Qahtani», dijo ayer Susan Crawford, en su primera entrevista desde que fuera nombrada miembro de la Comisión Militar de convocatoria, concedida a Bob Woodward "uno de los periodistas que destaparon hace 35 años el Watergate", del Washington Post.

«Su tratamiento coincide con la definición legal de tortura. Es por eso que no fue remitido para su enjuiciamiento». Crawford, una juez jubilada que participó tanto en la Administración Reagan como en la de Bush, es el primer alto oficial que confirma las torturas en la prisión.

«Las técnicas utilizadas están todas autorizadas, pero la forma en que las aplicaron fue demasiado agresiva y muy persistente. No se trataba de un acto aislado, era una combinación de cosas que tenían impacto médico en él y en su salud. Era abusivo y estaba fuera de lugar. Y coercitivo», puntualizó la ex juez.

«Durante 160 días sólo tuvo contacto con los interrogadores», explicó Crawford, que revisó personalmente los registros del interrogatorio de Qahtani. «48 de 54 días consecutivos con interrogatorios de 18 a 20 horas. Permanentemente desnudo delante de una mujer. Sufriendo registros. E insultaban a su madre y a su hermana». Crawford explicó también que el saudí «fue obligado a llevar sujetador y un tanga en la cabeza en el transcurso de los interrogatorios».

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