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La llama olímpica se apaga en París por las protestas en favor del Tíbet

El trayecto que debían cubrir unos 80 relevistas, en su mayoría deportistas, tuvo que ser suspendido

Agentes de la policía francesa protegen la antorcha olímpica durante su recorrido por París. Foto: PATRICK KOVARIK

EFE-PARÍS

La antorcha olímpica de los Juegos de Pekín 2008 recorrió las calles de París en medio de manifestaciones en favor del Tíbet y de los derechos humanos en China y de incidentes que obligaron a apagarla y a protegerla en un autobús.

Como sucediera la víspera en Londres, el paso de la antorcha olímpica no tuvo nada de festivo y se convirtió en una manifestación en contra del régimen chino y, en particular, en favor del pueblo tibetano víctima de una dura represión en las últimas semanas.

La llama olímpica apenas fue visible en la capital francesa antes de que esta noche se embarque con destino a Estados Unidos.

Pese al impresionante dispositivo de seguridad, compuesto por unos 3.000 agentes, la lluvia de incidentes obligó a suspender la última parte de los 28 kilómetros del recorrido por París y la llama llegó al estadio de Charléty en un nada vistoso autobús, lejos del clamor popular que se le supone al símbolo olímpico.

Antes, también fue protegida en varios tramos, su recorrido fue modificado para acortarlo y se anularon algunas de las recepciones previstas para el fuego olímpico, como la del Ayuntamiento.

El paseo de la llama olímpica por París supuso varias decenas de arrestados, entre ellos cargos electos y, en algunos casos, con extintores listos para apagar la antorcha.

Desde que el fuego de los Juegos de Pekín 2008 comenzara su recorrido en la Torre Eiffel pasado el mediodía de hoy lunes, su paso por París se convirtió en una carrera de obstáculos que obligaron a los organizadores a montarla en varias ocasiones en un autobús para poder avanzar.

La Prefectura de Policía de París confesó que en una ocasión la antorcha se apagó debido a un problema técnico y que, en otras cuatro, fue apagada para resguardarla en un autobús a petición de representantes del comité organizador de los Juegos de Pekín.

El caos fue tal en el recorrido, abarrotado por banderas del Tíbet y rodeado de un inédito dispositivo de seguridad, que apenas permitía apreciar la antorcha y a los deportistas que la portaban.

El símbolo olímpico descendió los escalones de la Torre Eiffel en manos del ex atleta francés Stéphane Diaganá, oro mundial en 1997 en los 400 metros vallas, una metáfora del recorrido plagado de obstáculos que aguardaba a la antorcha. Nada más abandonar la explanada de la Torre Eiffel comenzaron los incidentes.

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