EFE-WASHINGTON
El Gobierno de EEUU anunció ayer un nuevo plan de ayuda a los ciudadanos que no pueden afrontar el pago de sus hipotecas y están a punto de perder sus casas, al permitirles «congelar» durante 30 días el proceso de ejecución hipotecaria. La iniciativa, denominada «Project Lifeline» (Proyecto de Salvamento), estará disponible para toda clase de hipotecas y no solamente para las de alto riesgo (subprime) que habían copado hasta ahora la atención del Gobierno.
El plan, presentado ayer por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Alphonso Jackson, cuenta con el apoyo de seis bancos e instituciones financieras del sector privado, que ya forman parte del proyecto «Hope Now» (Esperanza Ahora) puesto en marcha el año pasado para frenar el auge en la morosidad y reestructurar las hipotecas. El objetivo de la Administración de George W. Bush es atajar la crisis económica que se cierne sobre los Estados Unidos atacan al mal de raíz, es decir, las hipotecas de alto riesgo.
La alianza del sector financiero privado la constituyen el Bank of America, Citigroup, Countrywide Financial, Washington Mutual, JPMorgan y Wells Fargo, seis de los mayores actores del mercado hipotecario de EEUU, pues conceden el 50 por ciento de los créditos. El plan «es una respuesta valiosa, literalmente una cuerda de salvamento, para aquellas personas que están a punto de perder sus casas», señaló Jackson.
El objetivo de la iniciativa es proporcionar a los ciudadanos un «respiro» en el proceso de ejecución de sus hipotecas, «lo suficientemente prolongado para que puedan encontrar una salida» al problema y renegociar con sus bancos las condiciones de sus créditos hipotecarios. De acuerdo con las entidades financieras, los propietarios que lleven un retraso de más de 90 días en el pago de las cuotas de sus hipotecas recibirán una carta que les permitirá pedir la «congelación» temporal del embargo de sus casas.