El ex gobernador de Massachusetts y aspirante a la candidatura republicana a la Casa Blanca Mitt Romney anunció ayer que abandona la campaña electoral, lo que supone un claro impulso para el actual favorito, John McCain.
En un discurso pronunciado ante la Conferencia de Acción Política conservadora en Washington, Romney aseguró que no ha sido una decisión fácil pero que ha «llegado el momento de ponerse a un lado por el bien de nuestro partido y nuestro país. No me gusta perder».
Romney aseguró que «si lucho desde mi campaña, hasta la Convención republicana (que se celebrará en septiembre en Minneapolis), impediré el lanzamiento de una campaña nacional y facilitaré que Hillary Clinton y Barack Obama ganen».
«En estos tiempos de guerra, no puedo dejar que mi campaña ayude a alguien que se ha rendido ante el terror», dijo en referencia a ambos demócratas, a los que ha criticado reiteradamente por lo que considera su derrotismo ante el terror.
A su vez, subrayó que la idea de retirarse de la contienda electoral «no ha sido una decisión fácil, no me gusta perder (...) todos me habéis dado mucho. Si esto solo me implicara a mí, seguiría. Entré en esta carrera porque quiero a EEUU».