La muerte en la madrugada de ayer de dos adolescentes tras chocar la moto en la que iban con un coche de policía en un barrio conflictivo al norte de París desencadenó disturbios que se extendieron a localidades próximas, con saqueos e incendios de comercios y coches, y ataques a comisarías.
Veinticinco policías fueron heridos, dos de ellos graves, así como un bombero, según datos de la prefectura (delegación del Gobierno) del departamento de Val d'Oise, donde está situada la localidad de Villiers-le-Bel, escenario del estallido de violencia por parte de grupos de jóvenes.
Fuentes policiales indicaron que ocho personas han sido detenidas a raíz de los actos violentos.
Según la Prefectura, al menos cuatro comercios u otros edificios privados y una comisaría fueron incendiados, al igual que 28 vehículos. Grupos de jóvenes también cometieron saqueos en la vecina localidad de Arnouville-Le-Grand, informaron las autoridades.
Los ataques acabaron a primera hora de la madrugada, con la llegada de refuerzos policiales, y ayer por la mañana eran visibles varios comercios próximos a la estación de Villiers-le-Bel incendiados o saqueados.
En una entrevista a la emisora «France Info», el alcalde de Villiers-le-Bel, Didier Vaillant, pidió a los habitantes que hagan lo posible «para que la ciudad recupere la calma». Vaillant exigió también «una investigación imparcial y lo más rápido posible» sobre la causa que originó los disturbios, la muerte de dos jóvenes de 15 y 16 años al chocar la moto en la que circulaban con un coche de policía.