Al menos 35 personas murieron ayer en un doble ataque suicida en Rawalpindi, donde se encuentra el cuartel general del Ejército de Pakistán, en medio de la tensión política en la víspera del regreso al país del ex primer ministro Nawaz Sharif. Los atentados, que tuvieron como objetivo un puesto de control militar y un autobús del Ministerio de Defensa, costaron la vida a 35 personas e hirieron a más de 40, según fuentes de los servicios de Inteligencia.
El primer ataque fue obra de un suicida que empotró su automóvil, cargado de explosivos, contra un autobús en el que viajaban empleados de Defensa. En ese ataque, frente a la oficina general de los Servicios de la Inteligencia Militar, murieron instantáneamente una quincena de personas y resultaron heridas una veintena, algunas de las cuales fallecieron posteriormente, según fuentes oficiales.
El segundo atentado tuvo lugar en un puesto de control cerca de la Oficina de los Cuarteles Generales del Ejército, cuando el agresor hizo estallar su carga cuando dos militares le pidieron que detuviera su vehículo. La explosión mató a por lo menos un soldado, según el portavoz del Ejército, que se limitó a informar de una quincena de muertos en ambos atentados, incluidos los suicidas.