La entrega de un galardón podría derivar en una crisis diplomática entre China y EE UU, después de que la medalla del Congreso norteamericano otorgada al Dalai Lama recibiese duras críticas desde Pekín.
«Estamos muy enfadados con esto», subrayó el secretario del Partido Comunista chino en Tíbet, Zhang Qingli. Para otro representante de la formación en la misma región, este reconocimiento «sólo será una inyección de cardiotónico a las actividades secesionistas».
Washington decidió entregar al Dalai Lama la Medalla de Oro del Congreso, galardón recibido, entre otros, por el ex presidente del Gobierno español José María Aznar.
La visita del líder budista se ha completado con una recepción en la Casa Blanca a cargo del presidente George W. Bush, después de que la Administración estadounidense confirmase la condecoración, pese a las amenazas desde China.
Como ejemplo de estas advertencias, el máximo representante del Tíbet, Qiangba Puncong, afirmó ayer desde el XVII Congreso del Partido Comunista chino (PCCh) que la medalla «sólo será una inyección de cardiotónico a las actividades secesionistas». Para Puncong, que se ponga fin al exilio del Dalai Lama, iniciado en 1959, dependerá «totalmente de sí mismo».
El también tibetano vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Ragdi, subrayó la necesidad de que el régimen de Bush «haga más cosas a favor de las relaciones con China», según informó la agencia oficial 'Xinhua'. «Esperamos que los dirigentes estadounidenses se contengan de hacer cualquier cosa negativa para la amistad chino-estadounidense y el pueblo chino, así como de interferir en sus asuntos», advirtió.