El Banco Central Europeo (BCE) dio ayer un nuevo respiro a millones de europeos con hipotecas al mantener en el 4 por ciento los tipos de interés en la zona euro, aunque advirtió de los riesgos al alza de la inflación. En la rueda de prensa posterior a la reunión mensual del consejo de gobierno de la entidad, que ayer se celebró en Viena, su presidente, Jean-Claude Trichet, alertó de los riesgos inflacionarios que se ciernen sobre Europa y de la volatilidad de los mercados financieros.
Aunque recurrió a frases favorables a una política monetaria más restrictiva en el futuro, para contrarrestar el riesgo en la estabilidad de los precios, el francés al frente del BCE colocó cualquier acción en política monetaria a un horizonte más lejano. «Es necesario recopilar datos adicionales y examinar otros nuevos antes de extraer conclusiones para la política monetaria», comentó, y citó una docena de veces «la volatilidad de los mercados» para justificar la inacción del banco europeo en las tasas de interés.
Admitió que esta volatilidad, desatada por la crisis de la hipotecas de riesgo en EEUU en agosto, que fue arrastrada a varios bancos comerciales europeos, «parece haber contribuido a un descenso de la confianza de los consumidores y empresarios en Europa en septiembre.
En este contexto, recordó que el BCE actuó con inmediatez al inyectar varios miles de millones de euros en los mercados para dar más liquidez a los bancos comerciales, una acción que ha sido criticada por algunos expertos, que consideran que ayuda a los especuladores más que al ciudadano de a pie.
Para 2008, Trichet, tras vislumbrar una incertidumbre en las perspectivas económicas en la zona euro, delineó «perspectivas a la baja para el crecimiento de la economía» de los 320 millones de ciudadanos que tendrá el área, con la inclusión de dos nuevos miembros, Malta y Chipre. Con todo, indicó que «los fundamentos de las economías de la zona euro apoyan un pronóstico favorable a mediano plazo», pues «los beneficios de las empresas y la productividad continúan, el crecimiento del empleo ha sido robusto y el desempleo ha caído». También se refirió a la escalada de los precios del petróleo y de otras materias primas, especialmente de los alimentos, a nivel mundial.