La estrategia de Estados Unidos contra Al-Qaeda en Irak sufrió ayer un duro revés con la muerte de uno de los más importantes 'sheijs' (maestro, literalmente) suníes en el país mesopotámico. Abdul-Sattar Abu Risha y sus dos guardaespaldas fueron víctimas de un atentado cuando salían de la residencia del primero en Ramadi, capital de la provincia de Al-Anbar. Hace sólo once días, el presidente de EEUU, George Bush, se reunió con Abu Risha y otros líderes tribales de la provincia, con los que el Ejército norteamericano ha establecido estrechos lazos para su lucha contra los milicianos de Al-Qaeda.
Aún no está claro cómo podría afectar la muerte de este importante 'sheij' suní a los intentos de Estados Unidos de combatir a Al-Qaeda en Irak y de reclutar a líderes tribales suníes para esta causa. También se desconoce la autoría del ataque con bomba que provocó la muerte de Abu Risha y sus dos guardaespaldas, pero el jefe de la Policía en la provincia de Al-Anbar, Tareq Youssef, apuntó sin dudarlo a algún miliciano de Al-Qaeda, que había sufrido duros golpes en esta parte del país, al Oeste de Bagdad, gracias a la ayuda de este importante 'sheij'.
Abu Risha era el líder del Consejo para la Salvación de Al Anbar, también conocido como el Despertar de Al-Anbar, una alianza de clanes suníes que apoyaban al Gobierno iraquí y a las fuerzas de ocupación estadounidenses en su lucha contra Al-Qaeda. «Es una trágica pérdida», señaló el comandante en jefe de las fuerzas de EEUU en Irak, el general David Petraeus -que en sus últimas apariciones mencionó los éxitos conseguidos en Al Anbar-, que añadió que este 'sheij' «estaba organizando una fuerza que habría ayudado a unir a varias tribus».
Después del atentado, la Policía anunció el estado de emergencia en Ramadi e impuso controles de seguridad adicionales en la ciudad. Un responsable de la Policía de Ramadi dijo que el jeque fallecido había recibido a un grupo de personas sin recursos en su casa por la mañana como gesto de buena caridad para marcar el inicio del Ramadán.