El presidente de EEUU, George W. Bush, llegó ayer en una breve visita sorpresa a la base aérea estadounidense de Al Asad, en la provincia de Al Anbar, oeste de Irak, y solo tras abandonar el país anunció una posible reducción de las tropas norteamericanas desplegadas en el país árabe.
«El general (David) Petraeus y el embajador (Ryan) Crocker me dicen que si la clase de éxito que vemos ahora continúa, será posible mantener el mismo nivel de seguridad con menos tropas estadounidenses», dijo el presidente en declaraciones difundidas por la Casa Blanca en Honolulú (Hawai), donde se encuentra la prensa que acompañará a Bush a la cumbre de la APEC en Australia.
El mandatario no precisó la cantidad de tropas que se podrían recortar ni cuándo se hará, en estas declaraciones realizadas tras reunirse con los mandos militares estadounidenses y también con el primer ministro iraquí Nuri al Maliki.
El viaje de Bush a Irak, tercero tras los realizados en noviembre de 2003 y junio de 2006, ha sido además muy parco en declaraciones, y solo permitió que unos pocos periodistas de confianza le acompañaran durante su visita al cuartel de la base de Al Asad.
Tampoco el primer ministro iraquí ha hecho declaraciones, y se ignora si el anuncio de la posible reducción de tropas ha sido pactado con él durante la visita.
El presidente Bush estuvo acompañado por la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, el secretario de Defensa, Robert Gates, y su consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley.