EFE-BEIRUT/TEHERÀN
Decenas de miles de chiíes y suníes participaron ayer juntos en la oración del viernes celebrada en el centro de Beirut en respuesta a la llamada del secretario general del grupo chií Hizbulá, Hasan Nasralá. El líder chií pidió a sus seguidores que continúen con sus protestas «pacíficas» para forzar la caída del Gobierno de Fuad Siniora.
Los chiíes y suníes de la oposición, que desde el viernes pasado se concentran en el centro de la capital libanesa, se reunieron en la mezquita de Riad al Solh y en la adyacente plaza de los Mártires.
Durante el rezo, el clérigo chií Fathi Yakan advirtió a los chiíes, suníes y drusos contra un conflicto sectario y declaró que las protestas para derrocar a Siniora podían durar meses.
Yakan reiteró las acusaciones al Gobierno de Siniora de sucumbir a lo que denominó «nueva conspiración norteamericana en Oriente Medio».
Por su parte, el primer ministro libanés, Fuad Siniora, acusó al secretario general del grupo chií Hizbulá, Hasan Nasralá, de planear un golpe de estado para derrocar al Gobierno actual y nombrar un primer ministro afín.
Siniora pronunció estas palabras en la sede del Gobierno frente a una delegación de decenas de seguidores provenientes de Sidón, 38 kilómetros al sur de Beirut, lugar de nacimiento del primer ministro.
«Lo menos que podemos decir es que el discurso que lanzó ayer Hasan Nasralá no ha tenido éxito. Intenta dar un golpe de Estado contra el Gobierno, a pesar de que dice que llama al diálogo y cree en la democracia», dijo.
Siniora también señaló que «las amenazas de Nasralá, su retórica y su lengua se contradicen con los principios democráticos en los que dice creer», y aseguró que los lemas del líder chií portan las semillas de la discordia entre los libaneses.
Hasan Nasrala pidió en un discurso televisado a sus seguidores que continúen la protestas callejeras, que comenzaron el pasado viernes, hasta hacer caer al Gobierno de Fuad Siniora.