«Hemos sido independientes durante 14 años, pero no éramos libres. Ahora somos libres e independientes», proclamó Yúschenko, que recibió 2005 en la Plaza de la Independencia de Kiev, que se ha convertido en símbolo de la defensa de la democracia. La alegría de Yúschenko, que ganó las elecciones con más de 2 millones de votos de ventaja sobre su rival, estaba justificada, habida cuenta de que Yanukóvich había anunciado horas antes su renuncia al cargo de jefe del Ejecutivo.
Yúschenko, que asumirá el cargo a partir del 10 de enero de manos de Leonid Kuchma, en el poder desde 1994, agradeció al pueblo de Kiev su «generosidad» con los participantes en la «Revolución Naranja», que abarrotaron las calles de la capital a finales de noviembre del pasado año.
«Hemos superado un histórico Rubicón», proclamó por su parte Kuchma en su felicitación al pueblo de Ucrania, en referencia a la «Revolución Naranja» y la crisis institucional que maniató el país durante tres semanas. El presidente saliente hizo un recordatorio de los acontecimientos que sacudieron Ucrania desde el inicio de la campaña electoral en julio pasado, que han demostrado que «nos hemos ganado el derecho a ser un estado independiente, libre y democrático».
Eso sí, agregó, «deseo que lo ocurrido en Ucrania no lo experimente ningún país, por lo menos, en las próximas décadas».