El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ordenó derribar un avión de pasajeros que se aproximaba a Estados Unidos desde España en el peor momento de la confusión creada por los atentados del 11 de septiembre de 2001, informó ayer la cadena de televisión NBC. El periodista de esa cadena David Gregory dijo que esa fue una de las revelaciones de la comparecencia que Bush y el vicepresidente, Dick Cheney, tuvieron el jueves ante una comisión investigadora independiente sobre los atentados terroristas del 11-S.
«En la Casa Blanca, en la mañana del 11 de septiembre, las autoridades temían que estuvieran a punto de producirse más ataques, y una de las preocupaciones era un avión de pasajeros procedente de España», dijo Gregory, que no identificó sus fuentes. «Querían permiso para derribarlo si fuese necesario. Y el presidente dijo a la comisión que dio esa orden poco después de llegar al Comando Estratégico en Omaha (Nebraska). Después se supo, dijo (el presidente), que el avión había vuelto a Madrid. No fue parte del ataque».
Según el periodista, ese fue «sólo un ejemplo de la confusión del día, (punto que era) un área de interés para los integrantes de la comisión». Nada más producirse los ataques del 11 de septiembre de 2001, los vuelos de las aerolíneas españolas Iberia (Madrid-Nueva York, Madrid-Miami y Madrid-Chicago) y Spanair (Madrid-Washington) que volaban con destino a Estados Unidos regresaron a España.
Sólo dos vuelos transoceánicos de Iberia no regresaron a España, el Madrid-San Juan de Puerto Rico, que aterrizó en Santo Domingo, y el Barcelona-Nueva York, que lo hizo en Halifax (Canadá). Los atentados del 11-S fueron perpetrados por 19 terroristas que secuestraron cuatro aviones de pasajeros. Dos de ellos fueron estrellados contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra el Pentágono en Washington. El cuarto cayó en una zona despoblada de Pensilvania.