OTR/PRESS-DIWANIYA
El presidente del Gobierno, José María Aznar, realizó ayer un viaje
sorpresa a Diwaniya, al sur de Bagdad, para visitar al contingente
español desplegado en Irak. El jefe del Ejecutivo, que viajó junto
a otras 17 personas entre las que se encontraba el ministro de
Defensa, Federico Trillo, les agradeció su 'lucha por una causa
justa, la libertad' y les trasladó el apoyo del Rey. Además se
mostró confiado en que se cumpla el calendario político para Irak y
el Gobierno provisional sea una realidad la próxima primavera.
Aznar aterrizó en la base de Diwaniya sobre las 8.45 horas procedente de Kuwait, donde había llegado en avión desde Madrid. Saludó a los jefes y autoridades locales, despachó con el jefe de la agrupación militar española, el general mallorquín Fulgencio Coll, y almorzó con la tropa.
Según fuentes militares, este viaje es un deseo «absolutamente personal» del presidente del Gobierno, que quiere estar presente en todos los proyectos relevantes que ha llevado a cabo en sus ocho años de mandato. Se trata de una visita no anunciada por razones de seguridad, con la que Aznar quiere rendir homenaje a las tropas desplazadas a Irak.
Las mismas fuentes informaron de que este viaje está preparándose desde el mes de octubre, aunque el aumento de los ataques contra las tropas de la coalición provocó que se pensara en posponerlo. La posibilidad del viaje resurgió cuando el presidente estadounidense, George W. Bush, se trasladó a Irak para visitar a sus tropas en el día de Acción de Gracias, y también durante la visita de Trillo a Afganistán.
Durante el almuerzo con las tropas, Aznar, expresó su «respaldo pleno» a los soldados españoles que están luchando por «la causa de la libertad, la democracia y la estabilidad», por las que «merece la pena pelear». Además, les trasladó un mensaje de felicitación del Rey.Tras recalcar que sigue «día a día la evolución de los acontecimientos» en la zona, el jefe del Ejecutivo aseguró que las tropas españolas están realizando una «tarea extraordinaria» y un trabajo «muy digno» que merece el «aprecio de todos».
Asimismo, el jefe del Ejecutivo se refirió a la situación del ex presidente iraquí, Sadam Husein, y expresó su confianza en que «sea castigado» por los crímenes que ha cometido. Eso sí, reiteró su rechazo a la pena de muerte, en Irak y en todos los sitios.
El menú que comieron Aznar y la tropa estuvo compuesto por lentejas con chorizo, alitas de pollo asadas, ensalada, fruta y turrón. El presidente del Gobierno llevó turrón, jamón y cava.