El líder chiíta iraquí Mohamed Baqir al Hakim pidió ayer «un gobierno que respete el Islam e imponga la justicia» a su regreso a Irak tras más de dos décadas exiliado en Irán. Rodeado por una muchedumbre que gritaba «Islam sí, Al Hakim sí», el principal guía espiritual del chiísmo iraquí especificó que ese citado gobierno debe incluir a todas las etnias, religiones y comunidades de Irak. «Un gobierno para musulmanes, turcomanos, asirios», gritó Al Hakim mientras trataba de hacerse paso entre unos 100.000 seguidores que le vitoreaban en Basora.
Al Hakim, que cruzó por la mañana la frontera entre Irán e Irak, llegó en un vehículo blanco que transitaba con enorme dificultad entre una masa enfervorizada que enarbolaba retratos del clérigo y banderas verdes de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica iraquí (ASRII), que él mismo lidera. Algunos de los congregados trataban subirse al vehículo, mientras que otros gritaban «estamos dispuesto al sacrificio por ti».
El regreso del líder religioso representa uno de los acontecimientos claves en la posguerra iraquí y demuestra la determinación del chiísmo a desempeñar un papel decisivo en el futuro de Irak. para muchos de sus seguidores, el retorno del carismático clérigo guarda similitudes con la historia del ayatolá iraní Ruhola Jomeini, precursor de la Revolución Islámica en Irán, y esperan que tenga el mismo resultado.
Jomeini regresó a su país en 1978, después de años de exilio en París, y lideró una revolución que concluyó con la fundación de la República Islámica de Irán, primer estado chiíta de la historia moderna.
Al Hakim, que vivió los inicios del Irán revolucionario y conoció en persona a Jomeini, volvió igualmente ayer a su país tras cerca de 23 años de exilio en Teherán.
Siete instalaciones nucleares en Irak quedaron destruidas o gravemente dañadas durante los saqueos que se sucedieron en el país a la caída del régimen de Sadam, informaba ayer el periódico «The Washington Post». El diario explica que hasta el momento no está claro qué ha desaparecido de esas instalaciones, aunque el Gobierno de EE UU teme que se hayan perdido documentos técnicos, equipos y posibles fuentes de radiación.
Mientras, las fuerzas estadounidenses llegaban ayer a un acuerdo con los Muyahidines del Pueblo para el desarme, principal grupo armado opuesto al régimen iraní. La organización, con base en Irak durante el régimen de Sadam, reunirá a sus combatientes en un campo controlado por la coalición.
De otra parte, el ex presidente iraquí Sadam Husein pidió a los iraquíes hacer de las mezquitas un centro de resistencia y animó a los países vecinos de Irak, en un mensaje manuscrito que publicaba ayer el periódico «Al-Qods Al-Arabi». "Os pido, hijos de Irak, hacer de las mezquitas un centro de resistencia y hacer triunfar la religión, el Islam y la patria, y hacen entender al enemigo, a través de los hechos, que les detestáis», explica. Este texto está fechado el 7 de mayo y firmado por Sadam Husein.