EFE/OTR/PRESSWASHINGTON
El presidente de EEUU, George W. Bush, anunció ayer el final de las
operaciones militares en Irak, aunque no la victoria de EEUU, desde
el portaaviones Abraham Lincoln, con una puesta en escena digna de
Hollywood. Bush se dirigió a la nación a las 3 de la madrugada del
viernes (hora española) en una intervención televisada de 15
minutos en la que, sin embargo, no anunció el «final legal» de la
guerra ni la victoria de EEUU, tras las operaciones que comenzaron
el pasado 19 de marzo.
La diferencia es significativa ya que si Estados Unidos declara el final formal de la guerra, como potencia ocupante estaría obligado por la Convención de Ginebra a poner en libertad a los prisioneros de guerra y a dar fin a las operaciones contra dirigentes específicos. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, explicó que el hecho obedece a que todavía hay «elementos significativos» que no se han completado, como la localización de las armas de destrucción masiva que EEUU acusaba a Irak de poseer y que se convirtieron en el motivo de guerra.
EEUU cumplió los mejores pronósticos al conseguir una victoria militar rápida y con pocas bajas en Irak, pero tiene por delante la tarea más complicada, ya que debe cumplir sus promesas de llevar la democracia y la estabilidad a la zona. Sin embargo, los ataques que tropas estadounidenses han lanzado contra manifestaciones de civiles que protestan contra la ocupación, y los ataques ocasionales que sufren las fuerzas del Pentágono, muestran que la pacificación del país aún está lejos. Siete soldados estadounidenses resultaron heridos en la madrugada de ayer en Falluja cuando dos individuos lanzaron granadas por encima del muro que rodea un edificio en que el que se han instalado las tropas americanas, según indicó un oficial norteamericano en el lugar.