Cerca de 500 civiles iraquíes han muerto desde que comenzó la guerra, el pasado 20 de marzo, según las cifras proporcionadas por el régimen de Bagdad. El ministro de Información iraquí, Mohamed Said al Sahaf, ofreció ayer los datos de bajas del octavo día de guerra: 75 civiles muertos y 290 heridos en los bombardeos anglo-estadounidenses en siete provincias de Irak. Esas cifras elevaban a 425 los muertos y a 3.940 los heridos civiles en los primeros ocho días de guerra.
Pero ayer, noveno día de conflicto, las bajas seguían creciendo después de que decenas de personas resultaran muertas o heridas en el bombardeo del mercado Suq Nasser, en el barrio popular de Al Choola (oeste de Bagdad). A mediodía, hora del rezo, nueve personas resultaron muertas y una treintena heridas por el impacto de uno o más misiles que dejaron tres inmuebles destrozados en el barrio de Mansur, una zona acomodada de la capital. El Gobierno de Bagdad sigue sin proporcionar información sobre bajas militares, pero sí sobre las civiles. Así, un total de 116 civiles iraquíes han muerto en la asediada Basora (sur de Irak) desde el comienzo de la guerra y 695 han resultado heridos, según Al Sahaf, además de otros diez civiles de nacionalidad siria o jordana.
En las filas aliadas, han muerto 25 estadounidenses y 22 británicos, mientras que el número de heridos se sitúa en 16 y 7, respectivamente. Además, Estados Unidos ha reconocido desconocer el paradero de 14 de sus miembros. Por último, un cámara iraquí que trabaja para la cadena de televisión por satélite Al Yazira está desaparecido desde la mañana de ayer cuando filmaba en las afueras de Basora. Akil Abderrahman desapareció mientras filmaba un almacén de alimentos y fue sorprendido por cuatro tanques británicos que comenzaron a disparar contra el almacén y contra varios camiones. Uno de los disparos alcanzó el coche en el que viajaba el equipo de periodistas, de los que tres lograron escapar.