El primer ministro británico, Tony Blair, llegó anoche a EEUU para analizar con el presidente George W. Bush el curso de la guerra y el papel que debe jugar la ONU en Irak una vez que la contienda termine. Ambos dirigentes analizaron la marcha de la ofensiva militar anglo-estadounidense en Irak, que no incluye un cambio de tácticas a pesar de la resistencia planteada por los iraquíes, según afirmaron fuentes del Pentágono.
Pese a esta opinión, fuentes políticas de Londres señalaron que Blair plantearía en la reunión la necesidad de cambiar la estrategia de la ofensiva actual, basada en llegar a Bagdad sin controlar las ciudades del sur de Irak.
«Las tácticas, las técnicas y los procedimientos no cambiarán», dijo en conferencia de prensa el general Stanley McChrystal, quien aseguró que precisamente lo que está esperando ahora el régimen de Sadam Husein es «una reacción desmedida de las fuerzas aliadas».
La portavoz del Pentágono, Victoria Clarke, manifestó en este sentido que se ha registrado un «buen progreso», después de que las tropas hayan avanzado 300 kilómetros en el interior de Irak y estén en el buen camino para rodear por completo Bagdad».
Sin embargo, dentro de las propias filas del Partido Republicano se han levantado voces en contra de la táctica llevado a cabo en la ofensiva militar. Algunos senadores ultraconservadores del partido de Bush han planteado abiertamente revisar la estrategia.