Un cáncer de páncreas acabó ayer con la vida del que fuera dictador de Argentina Leopoldo Galtieri, y que llevó a su país a la derrota en la Guerra de las Malvinas en 1982, tras dejar un reguero de denuncias en su contra por asesinatos y desapariciones durante su breve mandato. Galtieri, tristemente célebre por haber declarado la guerra al Reino Unido el 2 de abril de 1982, falleció de un paro cardiorrespiratorio.
Galtieri sobrevivió a la derrota de las Malvinas (14 de junio de 1982) y a las denuncias por torturas, desapariciones y muertes durante su mandato, entre el 22 de diciembre de 1981 y el 17 de junio de 1982, cuando fue reemplazado por el general Reynaldo Bignone tras perder la confianza del Ejército.
En 1985, en el llamado Juicio a las Juntas militares que gobernaron el país entre 1976 y 1983, Galtieri se sentó en el banquillo de los acusados, pero fue absuelto de cargos de privaciones de libertad, torturas y sustracciones de menores y encubrimientos, aunque se encontraba bajo arresto domiciliario hasta que se produjo su muerte.
El «informe Rattenbach» de 1982, ordenado por el entonces jefe del Ejército, Cristino Nicolaides, para esclarecer la actuación de Galtieri en las Malvinas, recomendó que fuera «degradado y fusilado», pero el Ejército no llegó a tanto y fue condenado a 12 años de prisión militar.
Galtieri tampoco pudo salir de la Argentina debido a que el magistrado español Baltasar Garzón dictó en 1997 prisión provisional incondicional y libró en su contra órdenes de detención internacional en un causa que investiga la muerte de tres españoles.