Dos israelíes muertos y 32 heridos es el balance final de víctimas del atentado que perpetró ayer por la tarde en la ciudad de Kfar Saba un palestino suicida, que también murió en el ataque, según la Policía. El atentado se registró en el principal centro comercial de la ciudad, situada al noroeste de Tel Aviv, a tan sólo 3'5 kilómetros de la Línea Verde, la frontera imaginaria que separa Israel de Cisjordania.
El ataque fue reivindicado por el brazo armado de la Yihad Islámica, Saraya Al Quds (Batallones de Jerusalén), que identificó al suicida como Nabil Sawalhe, del campo de refugiados de Balata, en el distrito de Naplusa. Entre los heridos hay uno en estado grave y el resto con heridas leves a moderadas y, entre estos últimos, dos niños de corta edad que ingresaron en un hospital Meir de la ciudad.
El palestino suicida hizo estallar los artefactos -unos 10 kilos y metralla-, a la entrada de una tienda de productos electrónicos en el centro comercial, y el relativamente bajo número de víctimas se debe a que se trata de un complejo abierto, sin techo. «La explosión fue tremenda y los cristales de algunas casas se han roto», dijo un vecino que vive encima del centro comercial.
A la misma hora del atentado suicida, el primer ministro israelí, Ariel Sharón, superó las tres mociones de censura que la oposición le había presentado. El Parlamento israelí (Knéset) rechazó las tres mociones por mayoría simple, a la vez que aprobó por mayoría absoluta el nombramiento del nuevo ministro de Defensa, el general retirado Saúl Mofaz.