El jefe de los inspectores de la ONU para Irak, Hans Blix, no despejó ayer las dudas acerca de cuando sus hombres se pueden desplegar en el país árabe, al dejar abiertas todas las posibilidades. Blix, junto con el director de la Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, informó ayer al Consejo de Seguridad acerca del acuerdo que alcanzó el martes en Viena con las autoridades iraquíes para el regreso de los inspectores de la ONU.
En declaraciones a la prensa, tras la reunión del Consejo, Blix aseguró: «podemos ir. Nadie niega que tenemos las bases legales». Pero inmediatamente reconoció que «la pregunta es si debemos resolver antes todas las cuestiones prácticas», porque aunque el acuerdo de Viena «es bueno», existen «algunas cuestiones menores y puntos pendientes que tienen que ser resueltos antes de ir a Bagdad». Ante estas cuestiones la ONU cedió ayer a las presiones norteamericanas y decidió analizar la situación y retrasar el envío de inspectores a Irak.
Blix no llegó a clarificar las «cuestiones pendientes», «porque se puede hacer de varias maneras». A eso dijo que se añadía la cuestión de si el Consejo «trabajará en una nueva resolución», pues sería un poco absurdo que los inspectores empezaran el trabajo y luego recibieran un nuevo mandato y consideró que, por ello, «sería bueno tenerlo antes». «Nuestra preparación para ir está ahí», dijo en una ocasión y en otra afirmó: «estamos listos para ir a la más temprana oportunidad práctica».
No obstante, reconoció que puede haber una pequeña demora al señalar que esperaba que «no haya mucho retraso», pero más tarde agregó que «la voluntad del Consejo es que vayamos pronto». Finalmente, afirmó que «si el Consejo pone nuevas sugerencias», puede haber un retraso porque «estamos en sus manos». Mientras, al menos cinco civiles murieron y once resultaron heridos en un bombardeo efectuado ayer por la aviación británica y estadounidense sobre varias iraquíes provincias al sur de Bagdad, informaron fuentes oficiales.