Citando el peligro que Sadam Husein representa para la seguridad de EE UU y del mundo, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, pidió ayer al Congreso que se adelante a la resolución que prepara la ONU y apoye un eventual ataque militar contra Irak. Rumsfeld compareció ayer ante el Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes dentro del intento del Gobierno de convencer al legislativo de que apruebe una resolución rápidamente.
«Ningún estado terrorista supone una amenaza mayor o más inmediata a la seguridad de nuestro pueblo y la estabilidad del mundo que el régimen de Sadam Husein», afirmó Rumsfeld. A pesar de que Naciones Unidas sigue estudiando una resolución sobre el envío de los inspectores, el Gobierno de Washington quiere tener el apoyo del Congreso como elemento de presión, tanto ante el organismo internacional como ante Irak. «Es importante que el Congreso envíe este mensaje tan pronto como sea posible. Antes de que se produzca el voto en la ONU», afirmó. «Retrasar el voto en el Congreso enviaría el mensaje de que Estados Unidos puede no estar preparado» para un ataque, añadió el secretario de Defensa.
Previamente, el presidente George W. Bush se reunió ayer con los principales líderes del Congreso, a los que dijo que el anuncio de Sadam Husein de que aceptará las inspecciones de armamentos bajo supervisión de las Naciones Unidas es una «nueva treta» y pidió a la comunidad internacional que no se deje engañar por Sadam Husein. «Es otra treta para que no se le pida cuentas por su desafío a las Naciones Unidas», dijo Bush, quien solicitó que la resolución legislativa de respaldo a un posible ataque se produzca antes del receso que los congresistas iniciarán a comienzos de octubre para preparar las elecciones legislativas del 5 de noviembre.