Las Bolsas europeas tuvieron un buen comportamiento y cerraron con ganancias medias del 3 por ciento, acompañadas por la apertura alcista de Wall Street. Los mercados financieros superaron ayer el 11-S con éxito, aunque acumulan fuertes pérdidas desde el fatídico día.
Los operadores de los parques europeos interrumpieron ayer la negociación y guardaron dos minutos de silencio, instante en el que hace un año chocó el primer avión contra el World Trade Center, en recuerdo de las víctimas de los atentados.
El índice Euro Stoxx 50, que agrupa a los principales valores de la zona euro, subió un 3'21 por ciento, hasta los 2.724'54 puntos. A un año de los atentados terroristas que golpearon con fuerza la economía y las finanzas estadounidenses, las Bolsas de Nueva York siguen luchando por volver a la normalidad y recuperar la senda alcista.
Pero pese a todo el empeño de los operadores, las esperanzas de los inversores y el optimismo de los analistas, lo cierto es que las Bolsas aparecen hoy aún muy afectadas como para volver a recuperar todo lo perdido en un año marcado por el pesimismo, la incertidumbre, el temor y la desconfianza. Wall Street cerró ayer con una pérdida de 0'25 por ciento, dejando su índice en los 8.578'96 puntos.
La Bolsa de Madrid, en línea con los demás mercados internacionales, vivió una jornada de fuerte volatilidad que dio paso poco después de la apertura a la consolidación de órdenes de compra. El Ibex se revalorizó un 3'12 por ciento, quedando en los 6.492 puntos. Pese a superar el día de ayer, desde el 11-S la Bolsa de Madrid ha perdido un 20 por ciento de su valor.
Mientras, la economía de Estados Unidos ha perdido ímpetu desde finales de julio pasado, por el lastre del sector manufacturero y sin mejoras notables en el desempleo, indicó ayer la Reserva Federal (Banco Central de EE UU).
Si bien la fortaleza de las ventas de automóviles y casas ha mantenido a la economía en funcionamiento, las fábricas no están ampliando su producción y las compañías tampoco agregan empleados, agregó la reserva en su llamado «Libro beige».
El informe del emisor estadounidense analiza las conclusiones de las encuestas regionales realizadas por los doce bancos del sistema de la Reserva Federal, y servirá como base de las discusiones en la reunión del 24 de septiembre, que también decidirá sobre la política monetaria.