El presidente de Cuba, Fidel Castro, negó ayer que su país apoye la guerra biológica y acusó a Washington de «mentir, mentir y mentir» para justificar el embargo económico que desde hace cuatro décadas mantiene contra la isla caribeña.
Castro compareció anoche ante los periodistas, muchos de ellos norteamericanos, para afirmar que «la idea de destruir a Cuba, una obsesión que lleva más de 43 años, ha conducido y todavía conduce a la política de EE UU por un camino tortuoso lleno de mentiras, errores, fracasos y desaciertos».
«Nunca la gran potencia se vio ante tanto embarazo y no le queda otra alternativa que mentir, mentir y mentir», dijo el líder cubano al desmentir declaraciones del subsecretario de Estado en el sentido de que La Habana colabora con otros países para desarrollar una guerra bacteriológica contra EE UU.
En un discurso pronunciado el lunes, el subsecretario de Estado para Asuntos de Seguridad y Defensa de EE UU, John Bolton, dijo que, además de Irán, Irak y Corea del Norte, «hay otros estados renegados que buscan conseguir armas de destrucción masiva, en particular armamento biológico». Boltón aludió a «un país que se encuentra a solo 90 millas del territorio continental de EE UU, a saber Cuba».
La disidencia cubana, que durante 43 años de Revolución comunista se movió entre el exilio y la persecución, ha dado un paso con la ley en la mano para apuntar a una reforma democrática. Un proyecto opositor que pide que se organice un referéndum para propiciar reformas en Cuba fue presentado el viernes al Parlamento acompañado de más de 10.000 firmas, requisito que exige la Constitución, informaron sus promotores. De otra parte, el ex presidente de EE UU Jimmy Carter iniciará hoy una controvertida visita a Cuba, donde dialogará con el gobernante Fidel Castro, se reunirá con líderes de la disidencia interna y recorrerá el principal centro de producción biotecnológica del país.