Pedro Arbona, teniente coronel, actualmente en la reserva, del ejército estadounidense sigue con máxima atención desde Washington el desarrollo de los acontecimientos tras los brutales atentados terroristas del martes en Nueva York y la capital norteamericana. Descendiente de mallorquines, Arbona, que hace unos años visitó Sóller en busca de sus raíces, fue estrecho colaborador del general Colin Powell durante la Guerra del Golfo.
En su viaje a Mallorca, Arbona (Santurce, Puerto Rico, 1950) ya alertó sobre los peligros de las posturas extremistas, «a un paso» del terrorismo internacional. En este sentido, Arbona opinó que, al margen «de la brutalidad que implica todo acto terrorista, cada uno tendrá una valoración de acuerdo con cuáles hayan sido sus objetivos. Si un obús mata a 30 personas en el propio país en conflicto, es un acto de agresión que no incumbe a terceros. Ahora bien, los fundamentalistas argelinos, por ejemplo, matan en París, y entonces el conflicto adquiere una dimensión internacional».
Arbona admitió la «inquietud» de EE UU frente al integrismo «porque el equilibrio mundial es frágil». En este sentido, imaginó una posible coalición musulmana en torno a Irán «que es una nación sólida y rica que, además, ya traspasa fundamentalismo a Egipto. Esta influencia puede llegar a Marruecos. Y Marruecos se halla a un paso de Europa».
Arbona admitió que la amenaza iraquí también preocupa a EE UU, aunque en menor medida. «Sadam representa un peligro perfectamente localizable. Su afán imperialista siempre se verá frenado, desde el interior del país, por chiitas y kurdos». El teniente coronel habló también de su labor en el Pentágono, donde trabajaba como planificador estratégico analizando de dónde procedían las amenazas futuras desde la perspectiva de nuestra seguridad e interés nacional. Estábamos obligados a intuir qué situaciones conflictivas podían crearse en cualquier rincón del mundo».