La debilidad de la economía de los Estados Unidos persiste y no se atisban signos de recuperación, tras anunciarse ayer que los pedidos industriales siguen en descenso y los costes laborales se mantienen por debajo de lo previsto. Los datos desalentaron aún más a Wall Street, y los índices de los mercados financieros bajaron durante la mañana, al tiempo que subió la cotización de los bonos del Tesoro con la expectativa de una nueva reducción de las tasas de interés antes del fin de agosto.
El Departamento de Comercio informó de que durante junio los pedidos de bienes que se fabrican para que duren más de tres años bajaron un 2 por ciento, después del aumento del 2'4 por ciento en mayo. Respecto al mismo mes del año anterior, los encargos han bajado un 22 por ciento, como reflejo de la desaceleración en el gasto de los consumidores y en la demanda de las empresas, que ha llevado a la reducción de la producción y al despido de empleados.
La semana pasada, la Reserva Federal había calculado que la producción de las fábricas, minas y factorías de servicios de los Estados Unidos había bajado un 0'7 por ciento en junio, una caída por noveno mes consecutivo.