En su informe Previsiones Económicas Globales, divulgado ayer en Washington y adelantado en parte el miércoles por el Ministerio alemán de Finanzas, el FMI prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) mundial será este año de un 3'2 por ciento, un punto menos de lo calculado hace siete meses e inferior al 4'8 por ciento de 2000.
Michael Mussa, responsable del departamento del FMI que ha elaborado el informe, dijo que, con Estados Unidos inmerso en una fuerte desaceleración y Japón en práctica recesión, la zona euro debería rebajar en breve los tipos de interés. «Es deseable que el Banco Central Europeo (BCE) y la segunda área monetaria del mundo sean parte de la solución y no parte del problema» de la economía mundial, apuntó Mussa, que consideró que hay margen para rebajar este año los tipos de interés en la zona euro «una o dos veces».
En su informe, la institución revisó a la baja sus previsiones de crecimiento durante este año para todas las regiones del mundo con respecto a las adelantadas en septiembre durante su asamblea de Praga, cuando su pronóstico era el «mejor en una década». El FMI señala ahora que, aunque la desaceleración será posiblemente «corta», es preciso que las autoridades financieras de las naciones industrializadas estén dispuestas a utilizar como arma la política monetaria para evitar una ralentización más profunda.
Mussa, que dentro de unos meses abandonará el FMI, fue claro con respecto a la autoridad monetaria en la zona euro, a la que dirigió claras presiones para que rebaje los tipos de interés. Según el alto cargo del FMI, con la economía estabilizada en más del 2'5 por ciento y las presiones inflacionistas «contenidas», sería «apropiado uno o dos pasos hacia la suavización» de la política monetaria.