El presidente del Eurogrupo, el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, constató que se ha producido una ralentización económica y señaló que el Banco Central Europeo (BCE) tiene que tener en cuenta ese hecho y «asumir sus responsabilidades» al fijar su política de tipos de interés. En una entrevista publicada ayer por «Le Monde», Reynders recordó que «la responsabilidad de la política económica incumbe al BCE», mientras que al Eurogrupo, que reúne a los 12 gobiernos que han adoptado el euro, le corresponde ocuparse de la política presupuestaria, y que «ese reparto de tareas debe efectuarse en el marco de un diálogo». El ministro belga defendió su presión sobre la política de tipos del BCE, al igual que ayer realizaron los Gobiernos de Francia y Holanda, porque «cada cual debe asumir sus responsabilidades sin susceptibilidad. Y hoy constatamos una ralentización. ¿Qué hay que hacer en consecuencia? En primer lugar, decirlo».
El BCE respondió a las presiones señalando que los tipos de interés en la eurozona «no se encuentran a niveles elevados desde una perspectiva histórica». El banco europeo insiste en el informe en que su política monetaria «seguirá centrándose en el mantenimiento de la estabilidad de los precios a medio plazo», compromiso que, afirma, ha respaldado el crecimiento económico y el empleo. El BCE señala que la disminución de las presiones inflacionistas en la eurozona «sigue estando condicionada al mantenimiento de la moderación salarial» y asegura que los efectos sobre los salarios de anteriores subidas del petróleo u otros factores transitorios «están retrasando la reducción de la inflación a niveles inferiores al 2 por ciento».
Como ya destacara el presidente del banco europeo, Wim Duisenberg, tras la última reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, el BCE dice en su boletín que «los riesgos alcistas en la estabilidad de los precios han disminuido en los últimos meses, pero no han desaparecido en su totalidad». En su boletín, el banco recuerda que los gobiernos y los agentes económicos son responsables de lograr una mejora de las condiciones estructurales para aumentar el crecimiento potencial. Concretamente, el BCE opina que es preciso elevar la tasa de participación laboral y mejorar los incentivos a la inversión, así como eliminar rigideces estructurales en los mercados de trabajo.
Mientras, el Eurostat, la Oficina Estadística de la UE, publicó los datos sobre la inflación de la zona euro, que se mantuvo estable en el 2'6% el pasado mes de marzo. La tasa de inflación en el conjunto de la Unión Europea (UE) tampoco sufrió ninguna variación en el mes de marzo con respecto a febrero, ya que se situó en el 2'3%. Un año antes, en marzo del 2000, la inflación se situaba en el 2'1 por ciento en la zona euro y en el 1'9 por ciento en los Quince. Portugal (5'1%), Holanda (4'9%), Irlanda (4'1%) y España (4'0%) han sido los países que han registrado más inflación en marzo del 2001, mientras que Francia (1'4%), Suecia (1'7%) y Austria (1'9%) fueron los que tuvieron menos inflación.