Cuatro obuses de mortero cayeron ayer en las calles de la localidad macedonia de Tetovo, cerca de Kosovo, que es ya escenario de enfrentamientos abiertos en varios frentes entre las fuerzas regulares de Skopje y la nueva guerrilla independentista que amenaza la estabilidad de la región, el Ejército de Liberación de los albaneses de Macedonia (ELK). Según el Ministerio macedonio de Interior, la periferia de la ciudad ha quedado deshabitada, después de que unas 2.000 personas huyeran del avance de la guerrilla independentista desde el Monte Sar; a primera hora de la tarde de ayer, los milicianos se encontraban a apenas unos veinte metros de las primeras casas de la localidad, que cuenta con 200.000 habitantes.
La policía macedonia defiende los accesos a la segunda ciudad más importante del país con morteros y ametralladoras, lo que no ha impedido que dos obuses cayeran en pleno centro de Tetovo, dos de ellos en la plaza principal. Se trata de los primeros proyectiles de gran calibre que alcanzan la ciudad desde que estallaron los combates el miércoles. De momento no existe un balance claro de víctimas de los combates, aunque ayer se hablaba de la muerte de unos treinta guerrilleros y de un civil y de quince policías heridos, cifras que no han sido confirmadas por las autoridades de Skopje.
Además, hasta ahora el Gobierno se ha negado a declarar el estado de guerra o a imponer el toque de queda. Ambos bandos están reforzando sus efectivos. La noche del jueves, el Consejo de Defensa Macedonio anunció que tomaría «medidas adicionales inmediatas para neutralizar a los grupos terroristas», mientras que la Televisión A-1 de Skopje ha afirmado que un comando del Ejército de Liberación de Presevo, Medvedja y Bujanovac se ha traladado a Macedonia.
Ayer, el secretario general de la OTAN, George Robertson, afirmó que las fuerzas aliadas no tienen mandato para intervenir en Macedonia. Sin embargo, al término de su entrevista en Atenas con el ministro griego de Asuntos Exteriores, George Papandreou, anunció que la Alianza está estudiando la posibilidad de nombrar un enviado especial para Skopje. Lo que sí ha hecho la KFOR es reforzar el control de la frontera entre Kosovo y Macedonia y cerrar todas las carreteras que unen ambos territorios. En este sentido, Robertson aseguró que la OTAN actuará «con vigor» para evitar que los radicales albaneses «que prefieren las balas a las papeletas de voto» desestabilicen la región.