La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se mostró más unida que nunca a la hora de pactar ayer en Viena el primer recorte de su producción de crudo desde marzo de 1999, medida que preocupa a las naciones consumidoras, sobre todo a EE UU. La 113 conferencia ministerial de la OPEP fue breve y su resultado, una reducción de la oferta en 1'5 millones de barriles diarios a partir del 1 de febrero próximo, coincidió con lo que esperaba el mercado desde el lunes.
Los especialistas del sector creen por ello que la medida no alterará demasiado los actuales precios del crudo, ya que las cotizaciones actuales reflejan ya la pactada reducción del suministro, pues subieron en vísperas de la reunión y ante las declaraciones previas de los responsables del cártel que coincidían en subrayar la necesidad de reducir considerablemente la oferta. «Desde que concluimos nuestra última reunión a mediados de noviembre, el precio medio del barril de la OPEP ha caído fuertemente», señaló el presidente de la OPEP y ministro argelino de Energía y Minas, Chakib Jelil, en su discurso inaugural de la conferencia.
Recordó a continuación que hacia el final de aquella reunión, el precio era de 31'5 dólares por barril, cayó luego a 21'5 dólares, es decir, por debajo del mínimo de 22 dólares establecido en la banda de precios (22-28 dólares) adoptada por el cártel, y en lo que va de este año ha registrado una media de 23 dólares por barril. Esto es lo que ha creado «un consenso entre nuestros países miembros sobre la necesidad de recortar la producción», afirmó Jelil.