La escandalosa desaparición en Chechenia del periodista ruso Andrei Babitski, quien sólo emerge de vez en cuando en misteriosos vídeos como en una grabación difundida ayer, crece como una gran bola de nieve que amenaza al Kremlin. El «caso Babitski», reportero de la emisora norteamericana «Radio Liberty», rebotó en pleno rostro del presidente interino de Rusia, Vladímir Putin, quien afirmó la semana pasada a través de su portavoz que el tema estaba «bajo su control personal».
Un manifiesto firmado por 51 influyentes periodistas rusos condenó las «mentiras» de las autoridades y acusó a Putin de «totalitarismo». «Desde que comenzó la 'perestroika' (en 1985), ni una sola vez se han permitido las autoridades tanta arbitrariedad y tanto cinismo», denunciaron los periodistas, que se sumaron a otra nota de los corresponsales extranjeros responsabilizando a Putin.
Babitski, cuyo rocambolesco «canje» con rebeldes chechenes por soldados rusos desató un revuelo sin precedentes en el país, dijo en un vídeo casero difundido ayer por la cadena NTV que «todo está más o menos relativamente bien». «El único problema es la cuestión de tiempo, pues las circunstancias son tales que lamentablemente no puedo volver a casa en seguida», señaló Babitski en la grabación, de 44 segundos.