El líder de la oposición italiana, Silvio Berlusconi, deberá hacer frente a un nuevo proceso judicial por el presunto soborno a jueces para que dictaran fallos a favor de sus empresas y que se conoce como el caso de las «togas sucias».
Un juzgado de primera instancia de Milán ha decidido enviar a juicio a Berlusconi y al ex ministro de Defensa y diputado de Forza Italia, Cesare Previti, bajo la acusación de corrupción en actos judiciales. Al magnate de la televisión privada italiana también se le imputa un delito de falsedad en balances.
En el proceso, que empezará el 9 de marzo, irán a juicio además otras seis personas, entre las cuales figuran el ex fiscal jefe de Roma, Renato Squillante.
El caso tiene su origen en las declaraciones de Stefania Ariosto, ex compañera de Vittorio Dotti, presidente del Grupo Parlamentario de Forza Italia durante el Gobierno de Berlusconi y quien en octubre de 1995 declaró a varios magistrados de «Manos Limpias» que conocía detalles acerca de supuestos sobornos a jueces de Roma.
En concreto, mencionó que existía una cuenta en la entidad Efibanca suministrada con fondos por Berlusconi, quien, según su testimonio, habría obsequiado a las esposas de los magistrados con joyas y otros regalos.
El propio Berlusconi reaccionó ayer con dureza y, tras conocer la noticia, declaró que «estamos más allá de la locura y de la Ley, porque se pisotean los procedimientos, se niegan los derechos de defensa y se utilizan testigos y pruebas falsas».