Grozni dio ayer por rechazadas sus ofertas de diálogo a Moscú y empezó a preparar la defensa de la república, mientras el Ejército ruso ampliaba su ofensiva para aislar el centro de la independentista Chechenia. La táctica de Moscú es entrar en Chechenia por el norte y avanzar por los costados de la capital Grozni con el objetivo de aislar al Gobierno independentista para obligarle a rendirse.
El gobierno de Grozni anunció que el presidente chechén, Aslán Masjádov, quien decretó el martes el estado de guerra en la república y llamó a la población a la guerra santa, asume personalmente el mando de las Fuerzas Armadas de Chechenia y la organización de la defensa y la resistencia a las tropas rusas.
Pero Moscú, cuyo Ejército controla ya la tercera parte de la independentista república del Cáucaso, declaró que el decreto de Masjádov es «ilegal» pues Chechenia «es parte de Rusia» y la ley marcial sólo la puede imponer el presidente ruso, Borís Yeltsin. Lo cierto es que ayer las fuerzas chechenas se retiraban del norte del país, obligadas por la dura ofensiva de las tropas rusas.
El líder chechén intentó hasta el último momento evitar la implantación de la ley marcial, con la esperanza de convencer a Moscú de detener la guerra y abrir negociaciones de paz, pero el Kremlin hizo oídos sordos a la oferta de diálogo y también rechazó «toda mediación».
Con el fracaso de los intentos de diálogo, que el Kremlin aplazó hasta «cuando sea conveniente», y la entrada en acción de la Guardia Nacional chechena, Moscú y Grozni se sumen de lleno en una nueva guerra, como la que se cobró 100.000 muertos en 1994-96. Rusia, empeñada en que la consideren como «gran potencia», lanzó 50.000 soldados, apoyados por unidades acorazadas, aviación y artillería, para reconquistar un territorio rebelde que le infligió la mayor derrota militar tras la II Guerra Mundial. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, quien dijo el martes que la solución del conflicto caucásico prevé la «reincorporación del territorio rebelde en el campo constitucional de Rusia», ayer ordenó aumentar en un 50 por ciento la compra de armas para el Ejército.