La participación masiva y espectacular de los electores en el referéndum sobre la «ley de concordia civil» celebrado ayer en Argelia supone una primera consagración del mensaje de paz y reconciliación del presidente Abdelaziz Buteflika. En el referéndum, los votantes deben indicar si respaldan o no el proyecto del presidente para poner fin a ocho años de violencia, que conllevaría una amnistía para los rebeldes integristas.
Según los cálculos oficiales, a las 18.00 hora local y española el índice de participación había alcanzado un nivel excepcional, de un 74'18 por ciento. Estos primeros resultados, nunca antes logrados en las consultas populares anteriores, de hecho fueron esperados debido al entusiasmo de los argelinos por la paz y la seguridad.
Durante las primeras horas de la jornada, e incluso antes de la apertura de los colegios electorales, varias decenas de personas se concentraron ante los portales para expresarse sobre la iniciativa presidencial para salir de la crisis. La televisión argelina transmitió, durante toda la mañana, imágenes de distintas zonas del país donde masas de personas se agolpaban ante los colegios electorales.
Las escenas más espectaculares tuvieron lugar donde más muertos se han cobrado los rebeldes del Grupo Islámico Armados (GIA), como en la aldea de Mitidja, en el sur de Argelia. Allí, los miembros del GIA perpetraron las matanzas más horribles.
Tanto en Bentalha, donde casi 300 personas fueron brutalmente asesinadas hacia finales de 1997, como en Rais, donde casi 500 de sus habitantes murieron en circunstancias parecidas pocos meses antes, todos los electores coinciden en el deseo de ver el regreso de la paz. Aunque muchos de los electores no entienden o desconocen por completo el texto de la «ley sobre la concordia civil», al menos todos coinciden en que ya se ha derramado demasiado sangre.