Las milicias pro indonesias y la guerrilla independentista del Falintil acordaron ayer con la ONU y el Ejército de Yakarta dejar las armas en sus emplazamientos, aunque en las calles se pudo comprobar pocas horas después cómo se incumplía el pacto.
Sólo cuatro horas después del anuncio del acuerdo, las milicias se lanzaron de nuevo a las calles, desafiantes y dispuestas a proseguir su campaña de terror contra una población que se recuperaba apenas de las últimas jornadas de terror.
Nutridos grupos de paramilitares y miembros de las milicias pro indonesias de «Aitarak» (Espina) salieron sobre las 03.15 hora local (07.15 GMT) de su cuartel de Dili hacia el barrio de Becora, donde, según un miliciano, la guerrilla separatista del Falintil mató ayer a uno de sus miembros.
Tras cambiar sus camisetas con los colores de la bandera indonesia -roja y blanca- por el atuendo negro de combate, los paramilitares, con fusiles y pistolas de fabricación casera, se dirigieron al suburbio de la ciudad donde en los tres últimos días hubo numerosos enfrentamientos.
En la sede de los paramilitares, tres periodistas -entre ellos dos de TVE- que se habían acercado al lugar fueron amenazados y tuvieron que salir corriendo antes las amenazas de muerte en las que se han prodigado los paramilitares.
En una rueda de prensa conjunta en Dili, en la que también participaron mandos del Ejército indonesio y el jefe de la Misión de Naciones Unidas para Timor Oriental (UNAMET), Ian Martín, se informó ayer que las milicias pro indonesias y la guerrilla independentista mantendrían sus armas en los acuartelamientos.
En la localidad de Baucau, en el noreste de Timor, el líder de los paramilitares pro indonesios, Eurico Guterres, y el «comandante» de la III Región de la guerrilla independentista Falintil, Falor Rata, cerraron el compromiso de colaborar con la policía indonesia para detener a quien portara armas fuera de sus respectivos acuartelamientos.