Una bomba explotó en la noche del sábado al domingo al interior de una iglesia serbia en construcción, situada en la localidad de Pristina, sin causar daños materiales ni víctimas, según declaró el teniente coronel británico Simon Fordham, integrante de la KFOR.
A las 1.20, hora local, una fuerte deflagración tuvo lugar en el centro de la ciudad de Pristina. Un dispositivo de seguridad fue desplegado inmediatamente mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. Los edificios vecinos fueron evacuados.
Según el teniente coronel Fodham, los montones de material de construcción y los escombros en el interior de la iglesia impidieron al principio si había más artefactos explosivos.
Desde la llegada de la KFOR a Kosovo, el pasado 12 de junio, la comunidad serbia sufre represalias de los albanokosovares. Según cifras de la Iglesia ortodoxa serbia, unas veinte iglesias han sido destruidas o dañadas desde la llegada de la KFOR a la provincia.
El jefe de la delegación de las Naciones Unidas Unidas en Kosovo, Bernard Kouchner, condenó ayer el ataque y un clérigo ortodoxo afirmó que el atentado es parte de una «campaña sistemática de extremistas de etnia albanesa con la intención de borrar cualquier rastro de existencia serbia en Kosovo».
La KFOR no ha realizado hasta el momento ninguna detención.