Los países árabes condenaron los últimos ataques aéreos israelíes contra Líbano y esperan que el primer ministro electo de Israel, Ehud Barak, no adopte una política de «agresiones» similar a la de Benjamín Netanyahu.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, denunció los bombardeos, que en la noche del jueves al viernes causaron la muerte de al menos ocho libaneses, según los últimos datos oficiales, y heridas a 64, y señaló que «no ayudan a reconstruir el paralizado proceso de paz».
Mubarak consideró que estos ataques, que destruyeron además diversas infraestructuras viarias, eléctricas y de comunicaciones en Líbano, «son desproporcionados» con respecto al ataque realizado el pasado jueves por el grupo chií libanés Hizbulá (Partido de Dios) contra el norte de Israel, donde hubo dos muertos y cinco heridos.
El presidente de Egipto, país que firmó la paz con Israel en 1979, viajó ayer a Estados Unidos para tratar con el presidente estadounidense, Bill Clinton, sobre los medios de desbloquear las negociaciones de paz árabe-israelíes.
La Liga Àrabe exigió que el Consejo de Seguridad de la ONU «obligue a Israel a retirarse del sur de Líbano conforme a la resolución de la ONU».