El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, declaró ayer que el Gobierno ha elaborado un programa de acogida de los refugiados kosovares, cuya estancia en España se prevé muy superior a un año, «situándonos en una duración media en torno, al menos, de dos o tres años».
El ministro afirma que España tiene capacidad para acoger a «unos siete mil refugiados albano kosovares». La operación de acogida de refugiados se realizará en cuatro fases; la primera consistirá en una selección «in situ» en la que se tendrá en cuenta «la vulnerabilidad» de los desplazados.
La segunda fase correrá a cargo de protección civil y el Ministerio de Defensa y en la misma se decidirá, según las necesidades de los desplazados, dónde serán instalados. En la tercera etapa, que llevará a cabo la Administración central junto a las comunidades autónomas, se centra en la propia acogida de los refugiados, según sean «vulnerables», unidades familiares o desplazados «no vulnerables».
La última fase, en la que también participarán los Ayuntamientos y las ONGs, estará centrada en la gestión de la red de asentamientos (centros residenciales, pisos tutelados, plazas sanitarias y residencias de menores), descartando la acogida familiar, pese a las ofertas realizadas.
«No sabemos cuánto durará el conflicto»
«Ésta es una misión seria, real y preparada durante mucho tiempo.
Pero no tenemos idea de cuánto durará, indicó ayer en Palma a
Gabriel Alomar el comodoro Joseph Krenzel, al
mando de los buques de guerra norteamericanos Philippine Sea y
Nicholsonque iniciaron los bombardeos contra Yugoslavia. Hasta el
martes permanecerán atracados en el Dique del Oeste para ofrecer un
descanso a sus 670 tripulantes.
El comodoro, asimismo, recalcó que a bordo «todos los marinos más
jovenes piensan que estamos en una labor humanitaria. No ven lo
peor, ni a los heridos». J. Krenzel, junto al comandante A.L.
Urrutia, señaló que «los sentimientos personales no tienen nada que
ver ante una operación de la OTAN, decidida a un nivel mucho más
alto.