Romano Prodi será el próximo presidente de la Comisión Europea. Así lo decidieron ayer los jefes de Estado y de Gobierno de la UE reunidos en la Cumbre extraordinaria de Berlín, que se han visto forzados a adelantar el nombramiento a causa del «grave deterioro» sufrido por el Ejecutivo comunitario que desde su dimisión en bloque «ni siquiera ejerce sus funciones de acuerdo con el Tratado».
La ya dura y complicada negociación de la Agenda 2000, que se ha visto dificultada por la caída en bloque hace una semana de la Comisión Europea. Aunque no estaba previsto que el asunto se tratase hasta después de cerrarse el acuerdo sobre las perspectivas financieras de la UE, el Consejo Europeo reunido en Berlín, designó a Romano Prodi nuevo presidente de la Comisión Europea tal como anunció el canciller alemán Gerhard Shroeder.
Los jefes de Estado tomaron esta decisión en una reunión restringida a la que sólo asistieron ellos y en la que, después de constatar la grave crisis, se habló del procedimiento y más tarde de los candidatos.
La primera en proponer a Romano Prodi fue la Presidencia alemana, seguida por Francia, Reino Unido, Italia, los países nórdicos (Dinamarca, Suecia y Finlandia) y los del Benelux (Holanda, Bélgica y Luxemburgo). Según las mismas fuentes, a raíz del consenso constatado y sin que hubiera otro candidato, España, Portugal y Grecia decidieron también apoyarla, aunque con la condición de que la designación «forme parte del paquete global de la Agenda 2000», es decir, que si finalmente la Agenda 2000 no se aprueba en Berlín, la designación del ex primer ministro italiano no sería válida. Sin embargo, fuentes del Gobierno italiano aseguran que esa condicionalidad no existe. Schroeder justificó el nombramiento de Prodi en que reúne la experiencia necesaria y se mostró convencido de la orientación reformista que tiene el italiano.