La OTAN ha puesto en marcha el plan para preparar la avanzadilla de una fuerza de paz de entre 5.000 y 6.000 hombres de una fuerza de paz para Kosovo, ante el temor de que la intransigencia de Belgrado a aceptar el despliegue de tropas internacionales frustre un acuerdo y obligue a la Alianza a actuar militarmente.
«Vemos algunos signos poco alentadores (por parte de los serbios)», dijo ayer una fuente aliada, que señaló que los tres días que faltan para el final del plazo dado por los mediadores internacionales a los negociadores de Rambouillet para que alcancen un acuerdo «son críticos».
La fuente se refería al nuevo rechazo expresado por el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, a que la OTAN despliegue tropas de paz en Kosovo para garantizar un acuerdo de paz.
«El embajador Christopher Hill expresó a Milosevic que le queda poco tiempo para mostrar flexibilidad», dijo la fuente, que señaló, no obstante, que la OTAN confía todavía en que «la enorme presión internacional» permita que se firme un acuerdo antes del sábado al mediodía.