El euro se reveló ayer como serio competidor del dólar y llegando a provocar los primeros rumores de intervención del Banco Central Europeo (BCE) para contenerlo en su marcha ascendente. Según ciertos rumores, que se iniciaron en Tokio antes de propagarse como un reguero de pólvora en el resto de los mercados asiáticos, el BCE intervino para frenar la ascensión demasiado rápida del euro.
Manfred Koerber, portavoz del BCE, se limitó a señalar: «Son rumores, y nosotros no comentamos los rumores del mercado». El gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet, rehusó igualmente comentar los rumores. Es un «buen inicio» para el euro, se limitó a declarar. Para calmar los ánimos, Trichet señaló que no había ninguna lucha entre el euro y el dólar.
Lo cierto es que ayer el euro era la divisa estrella y subió como la espuma. El director de Estrategia de Merill Lynch, Ignacio Gómez Montejo, advirtió ayer que sería negativo para Europa que su nueva moneda tenga una excesiva fortaleza frente al dólar. Así dijo que en estos momentos Europa necesita un tirón de la demanda exterior, por lo que no sería bueno tener una moneda excesivamente fuerte.
A Jacques Delors le inquieta la ausencia de una «forma de gobierno económico» europeo, que sirva de contrapeso al poder del BCE, cuyos responsables no son elegidos por los ciudadanos, sino que son altos funcionarios designados por los gobiernos. A su juicio, hay que ir más allá del efecto automático de la entrada en vigor del euro.