El director de UNSCOM, el australiano Richard Butler, tomó la decisión de abandonar Irak tras informar ayer al secretario general de la ONU, Kofi Annan, de que Bagdad no ha brindado la plena cooperación que prometió en noviembre para evitar una acción militar de EE UU y Gran Bretaña, por lo que, dijo, «no podemos trabajar adecuadamente en estas circunstancias».
Estados Unidos aseguró que Irak ha vuelto a incumplir los mandatos de Naciones Unidas en materia de inspección de armamento. El portavoz de la ONU, Fred Eckhard, dijo que 66 trabajadores humanitarios internacionales abandonaron Bagdad, algunos por vía aérea pero la mayoría por carretera hacia Jordania, un viaje que dura diez horas y es especialmente difícil y peligroso de noche.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, manifestó que su país se opone a cualquier uso de la fuerza en Irak y así se lo ha hecho saber ya a su colega de Estados Unidos, Madeleine Albright, al tiempo que indicó que Richard Butler «no puede actuar unilateralmente». Por su parte, Kofi Annan afirmó que Estados Unidos le recomendó que retire de Irak todos los inspectores de desarme.
En Washington, el presidente de EE UU, Bill Clinton, se reunió ayer con sus asesores de seguridad nacional y asuntos internacionales para analizar las consecuencias de la actitud iraquí y considerar cuáles deben ser las respuestas adecuadas.
De momento, Sadam Husein ha ordenado la creación de cuatro mandos militares regionales para «prevenir y desmantelar cualquier agresión extranjera». Los máximos órganos ejecutivos iraquíes, encabezados por Sadam Husein, se reunieron anoche para analizar «todos los pasos y medidas necesarias para enfrentarse a una agresión británico-estadounidense».
Previamente, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, calificó de «malintencionado» y «repleto de mentiras» el informe remitido por Butler a la ONU y señaló que ha sido «preparado especialmente para justificar una agresión mili