Francina Armengol se hizo verbo a las 11:45 de la noche y reconocía con elegancia la derrota. Cuando hace unas semanas el dirigente del PSOE y del Ejecutivo Iago Negueruela amenazaba con que el Govern haría propaganda –y así ha sido– desde la sede institucional hasta el último minuto, se intuyó que algo estaba pasando. Durante la campaña –mala la del PSIB, desastrosa la del PSOE federal– se fue haciendo cada vez más perceptible que los socialistas sabían que algo malo se estaba gestando sobre sus cabezas. Su actuación durante la última semana, con actos de propaganda casi a diario en nombre del Govern, hacía sospechar que tenían la certeza del drama que al final así aconteció.
El PSIB obtuvo este domingo un mal resultado, porque malo es perder la presidencia del Govern, del Consell mallorquín, recibir una paliza –otra vez– en Ibiza o encajar la humillación de Palma. Sin embargo si se cuenta en votos no fue tanto. Lo dijo Armengol. Y sí, es verdad, pero seamos sinceros: tiene más o menos el mismo valor de aquello típico de «no hemos sabido comunicar» para intentar justificar un desastre.
Lo de este domingo de los socialistas fue una derrota contundente. Y la principal razón se la dijo alguien a Armengol hace escasas semanas: «Tu peor peligro se llama Sánchez». Lo que contestó queda en la reserva de la conversación. Pero ante tan gran adversario, pensar que el PSOE isleño, el armengolismo, pudiera soslayarlo, entraba en la condición de pura quimera.