El casal del Puig de Sant Pere acogió este jueves un debate en clave electoral en el que se analizó el futuro de Sa Llotja-Es Born, que estos días ha protagonizado numerosos titulares después de que el Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears (TSJIB) anulara la limitación del horario de la ocupación de la vía pública de las terrazas de esta zona. Representantes de los partidos que optan a la alcaldía, excepto Vox, acudieron a la llamada de la Associació de Veïns Llotja-Born y la Federació d'Associacions de Veïns de Palma.
Francesc Dalmau (PSIB-PSOE) explicó que «los socialistas hemos procurado que la Palma Visitada esté en conexión con la Palma Habitada con la limitación de las plazas turísticas y los cruceros». El numero 5 de la lista socialista a Cort señaló que «hay que encontrar un equilibrio y defendemos la limitación del horario de las terrazas. Consideramos que el derecho al descanso es lo más importante y hay que limitar las horas y la ocupación de la vía pública de la restauración». El socialista aludió al trabajo en «la limitación de los planes zonales, que se han cristalizado con el Plan General». Dalmau dijo que «en la ciudad compartida tiene que haber buena convivencia, hay que ir adaptando la normativa municipal».
Neus Truyol (Més per Palma) advirtió que «los vecinos merecemos el descanso. Estas barriadas del Casc Antic desaparecieron bajo la proliferación de bares y la oferta del ocio nocturno, de ahí que impusiéramos la limitación de esta oferta». Truyol, candidata a la alcaldía, aseguró que «los vecinos han sido expulsados del Casc Antic», lo que motivó «la eliminación del alquiler turístico y una moratoria de nuevos establecimientos turísticos», lo que intenta «reducir la presión en toda la ciudad y más en el casco histórico. Truyol apostó por invertir en locales para ofrecerlo al pequeño comercio y así recuperar a los residentes.
Claudia Costa, número 3 de la lista de Unidas Podemos, abogó por «la defensa del comercio tradicional y frenar la práctica especulativa, también del espacio público». En cuanto a la limitación de la ocupación de las terrazas de sa Llonja, «había más sillas autorizadas que vecinos. En el último mes se ha reducido el 40 por ciento de las mesas y sillas autorizadas». Costa también se mostró a favor de «la compra pública de locales vacíos para ponerlos a disposición del comercio». Además, reclamó «un cambio de paradigma que garantice la vida de los residentes» y que frene «la práctica especulativa, también del espacio público».
Lydia Pérez (PP) hizo referencia a «la melancolía de aquellos años del Casc Antic pero la actividad económica era otra, había comercio de proximidad. El mundo ha cambiado y ahora nos movemos. El ocio, la restauración, el comercio y las tiendas de lujo han hecho un cambio de manera natural». Para Pérez, actual regidora popular, la apuesta es «un plan renove de toda la ciudad, sembrar más árboles y el apoyo a los comercios emblemáticos con medidas fiscales y promoción».
Eva Pomar (Ciudadanos) lamentó «el proceso de gentrificación que avanza en Palma» y que no solo afecta al Casc Antic sino al resto de barrios. La candidata a la alcaldía aseguró que «con el descanso no se negocia. Se tenía que haber solucionado antes de llegar a los juzgados», dijo en referencia al pleito de las terrazas de sa Llotja. Pomar abogó por un plan de recuperación de barrios.
Carles Cabrera (El Pí) señaló que «somos el partido de los mallorquines y queremos ser el de los llonguets». Advirtió que Palma pertenece a «la España desbordada» y aseguró que el problema de Palma es la vivienda, donde «la gente ya viven en caravanas porque no puede pagar una casa. Pero la presencia de VPO es absolutamente ridícula y Son Busquets tardará otros cuatro años». Para combatir la inseguridad, abogó por «instalar cámaras de videovigilancia como Londres» y apostó por «el metro, que es más caro pero puede esponjar la ciudad y conectar Pere Garau con la Intermodal». Apostó por «cumplir la ley» en el horario del cierre de los establecimientos de restauración.