Comienza la campaña electoral del 28-M. Ese día, la población está llamada a votar en las elecciones municipales y autonómicas en gran parte del país. Es tiempo de promesas electorales, mítines y debates. Para los políticos, de entrevistas, reuniones, sesiones fotográfica y llegar a cuanta más gente mejor. Todo por un voto. Para Álex Valdivia, candidato de Cs en Mallorca, el trabajo es aún más difícil. Se trata de un caso poco habitual. Se enfrenta a la dureza de una campaña electoral en medio de un tratamiento contra el cáncer. Pocos aceptarían una responsabilidad así, pero Valdivia está hecho de otra pasta. Ni la quimioterapia ni las secuelas derivadas le impiden coger el toro por los cuernos: «Os concedo esta entrevista, pero me niego a dar pena. Yo no soy así. Si me pongo lacrimógeno, paramos y volvemos a empezar. No os pido nada más», repite machaconamente el candidato.
El pasado mes de enero le diagnosticaron un cáncer de próstata con metástasis, y acumula ya seis ciclos de quimioterapia. Pero la enfermedad y las secuelas del tratamiento no le impiden nadar a diario en aguas abiertas, su gran pasión, y haber aceptado el difícil reto de liderar la lista de Ciudadanos al Consell insular de Mallorca. ¿El motivo?: «El partido, pese a quien le pese, puede y debe ser decisivo. Además, si dejas de pedalear un momento, te caes. Y yo me niego en rotundo a dejarme caer. Los que me conocen, ya saben como soy», afirma rotundo.
Valdivia estudió Económicas y Turismo en la UIB, curso un máster en Asuntos Europeos por la Universidad Libre de Bruselas, y otro en Políticas por la UOC. Inició su carrera laboral en comercio exterior y gestión hotelera en el extranjero. Ha residido en Estados Unidos, República Checa, Tanzania, Grecia, Bélgica y Alemania y habla seis idiomas. En el año 2000 decidió volver a Mallorca por motivos personales y trabajó como técnico superior de la CAIB, especializándose en análisis económico y relaciones con la Unión Europea.
Militó en el Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez entre 1987 y 1993, y no fue hasta veinticinco años después, asegura, «cuando Ciudadanos me devolvió la ilusión por la política como medio para transformar y reformar pensando a largo plazo». Hasta ahora ha sido un militante de base que no ha ocupado cargos, por eso resulta extraño que dé este paso adelante en un momento tan delicado. «Quizá por los meses tan duros que arrastro, he aceptado este reto. Estoy más cansado, más sensible y tengo la piel seca, pero tengo las fuerzas suficientes para llevar a cabo una campaña en positivo, sin broncas ni sal gorda».
Lleva casado desde hace 13 años con su pareja, Juan, que vive a caballo entre Madrid y Palma; es un ávido lector de 'The Economist'; y, como tantos otros ciudadanos anónimos, lleva meses luchando contra un cáncer. Apunta que no es la primera vez que su familia ha vivido una situación similar: «Mi hermano tuvo el mismo tipo de cáncer en 2019, y ahí está, viviendo en Estados Unidos y con revisiones periódicas. Me siento tranquilo. Aquí hay partido para seguir adelante», explica. Y hace hincapié en que no quiere que la entrevista sea política: «Es muy importante la prevención de este tipo de tumores. Hay que hacerse revisiones, mirarse la PSA, es la mejor medicina. Que no os pase como a mí», recalca.
Su familia y amigos le apoyan, aunque ya le han sugerido que esperan que «sepa parar cuando no tenga fuerzas», pero Álex Valdivia lo tiene claro: «No me quiero quedar encerrado en casa. Al día siguiente de las elecciones es mi cumpleaños, cumpliré 57 años, y tanto si logro el escaño como si no, seguiré aquí, seguiré vivo. Eso es lo verdaderamente importante», finaliza.