El coordinador de Més per Mallorca y candidato a la presidencia del Govern en las elecciones autonómicas del próximo 28 de mayo, Lluís Apesteguia, ha asegurado que en la negociación de unos hipotéticos acuerdos de gobernabilidad, la formación ecosoberanista no renunciará a sus «principios fundamentales» con tal de evitar gobiernos conservadores. «Quien pretenda presentar la presencia de la ultraderecha en las instituciones como chantaje para que renunciemos a nuestros principios se estará equivocando», ha afirmado.
Defiende, sin embargo, «la ilusión frente al miedo como motor de una legislatura». «Tenemos una extrema derecha que está presente en las instituciones, con potencial de crecimiento y eso nos preocupa muchísimo. Sabemos en qué momento estamos y tendremos responsabilidad histórica y de país, pero con voluntad de cambiar la realidad», admite. El líder de Més ha argumentado que su formación llega a la cita electoral, a la vista de las encuestas, con un «moderado crecimiento», lo que haría encarar unas negociaciones en una posición más fuerte que la de 2019. Apunta, además, que llegarían con algunas «lecciones aprendidas» que harían que se sentaran a una posible mesa de negociación de manera distinta.
Al hilo de esto, Apesteguia reconoce que en varias ocasiones Més per Mallorca «no se ha visto suficientemente representado» en la acción del Govern cuando, hace hincapié, «fue imprescindible» para su conformación. Y aunque, admite, la fuerza de cada partido en una futura negociación dependerá de los resultados de las elecciones, insiste en que habrá algunas 'conditio sine qua non' que deberán ser «prioridades absolutísimas» de un gobierno con Més o con el apoyo de Més como el acceso a la vivienda, la protección del territorio, la normalización del catalán, la protección de los servicios públicos o el impulso del autogobierno. «Estas cuestiones tienen que estar, si no, habrá otros escenarios. Pero confío en que llegado el momento todos sabremos estar a la altura de las circunstancias porque la alternativa es desastrosa para los ciudadanos», añade.
Sobre la presencia de El PI en estas negociaciones o incluso la presencia en un futuro gobierno de los regionalistas, Apesteguia apunta que con las fuerzas democráticas «siempre se puede hablar», aunque ha recordado que el mismo candidato de El PI, Josep Melià, «ya dijo que no gobernaría con alguno de los actuales miembros del Govern». «Cuando uno no tiene la mayoría absoluta, se tienen que formar mayorías plurales en las que todos se vean representados, sin que nadie se imponga al resto. Todos tienen que saber ceder, pero nunca se puede pretender ni aceptar que una parte renuncie a sus principios inherentes», insiste. Més per Mallorca ha explicado en varias ocasiones en los últimos meses que su intención y el objetivo con el que encara la cita electoral es liderar un tercer Pacte. En este sentido, el cabeza de lista incide en que la forma de encarar unas hipotéticas negociaciones dependerán de quién se postule a la presidencia del Govern. «Si soy yo, tendré la generosidad suficiente para tratar de formar una gran mayoría parlamentaria, pero si es una persona de otro partido, enfocaríamos las negociaciones con todos los escenarios abiertos», explica. De este modo, sostiene que podría haber pacto de gobierno, pacto de investidura o no haber pacto. «Quien se presente a la investidura tendrá que analizar quiénes son sus potenciales socios», concluye.
Fracasos del Pacte
Por otra parte, el coordinador de Més per Mallorca y candidato a la presidencia del Govern califica como «un drama y un fracaso» que a día de hoy se esté debatiendo si los funcionarios tienen que garantizar los derechos lingüísticos de los ciudadanos o si las instituciones pueden regalar dinero público «caprichosamente» a empresas privadas, en relación al patrocinio al RCD Mallorca para renombrar el estadio o el requisito del catalán en la Función Pública, respectivamente, que propiciaron tensiones en el seno del Pacte. Según Apesteguia, estos debates «no tendrían que haberse producido» y admite que son dos ejemplos de momentos en los que Més «no se sintió representada» en la acción ordinaria de los ejecutivos más allá de las áreas que han gestionado. «Debatir esto significa que el Govern no tenía asumido que para formarse, Més fue necesario y forma parte. Es no entender qué es un gobierno plural. Estas cuestiones fueron un fracaso del Pacte y de las dos presidentas», admite en relación a Francina Armengol y Catalina Cladera. Apesteguia, sin embargo, sí que acoge la posibilidad de que se puedan tener debates puntuales en torno a cuestiones concretas como la coveniencia o no de acudir a ferias turísticas como gobierno. «No me preocupa que en ciertos momentos no veamos las cosas de la misma manera, sino que en los gobiernos haya momentos en los que se intente actuar de forma unilateral y en contra de los principios de uno de los miembros indispensables del Ejecutivo. Esto se ha visto en algunos momentos de esta legislatura», apunta.
Al margen de la cuestión turística, el líder de la formación ecosoberanista ha situado la normalización lingüística, la protección del territorio, el impulso del autogobierno, el cambio de modelo económico y el acceso a la vivienda como las políticas que, a su juicio, deberán priorizar los gobiernos que salgan de las urnas a partir del próximo 28 de mayo. «No formaremos parte de un gobierno que no lo tenga claro. No vamos a estar debatiendo cada punto a cada momento», advierte. En materia turística, Apesteguia, reivindica el «cambio de paradigma» que han significado las modificaciones de la ley turística porque presentan un «escenario de freno y decrecimiento», aunque recuerda que hay que seguir avanzando en esta hoja de ruta, «porque la saturación no es una sensación, es una realidad».
En política lingüística, el líder de Més advierte que todavía no se ha recuperado «todo lo retrocedido» en la legislatura de José Ramón Bauzà e insiste en lamentar que sea una cuestión que el Govern «no asumió como prioritaria». Para Apesteguia, la política lingüística debe impregnar «todas las áreas y todas las políticas» y no quedarse en las iniciativas de la correspondiente dirección general. Sobre vivienda, otra de las grandes prioridades, Lluís Apesteguia lamenta que haya faltado «agilidad» para construir vivienda de protección pública. «No se ha hecho bastante», argumenta, «para revertir el principal problema de Baleares y se tiene que acelerar muchísimo la construcción de vivienda social y la recuperación de viviendas vacías». En este sentido, aunque insiste en que son dos cuestiones que el Ejecutivo autonómico puede acometer por propia iniciativa, pide la implicación estatal. «Al menos que nos dejen gestionar desde aquí para dar respuesta a nuestras necesidades», afirma en relación, por ejemplo, a la regulación del precio de los alquileres. Sobre esto, ha criticado el voto en contra del PSOE en el Congreso a la propuesta que llegó con el apoyo del PSIB para regular los precios y ha rechazado la argumentación socialista de que se está a la espera de la ley estatal de vivienda. «Los que dieron esta argumentación no tienen que dedicar la mitad de su sueldo a la vivienda o no tienen que convivir con otras familias para pagarse una casa. Es una falta de respeto decir que lo solucionará la ley estatal. ¿Cuándo? ¿El año que viene? ¿Dentro de dos? ¿Dentro de diez? ¿Nunca? Si lo solucionara el Gobierno central estaría contento, pero ni nos dejan solucionarlo aquí ni nos lo solucionan allá?», concluye.